Pasear por los alrededores de la madrileña Plaza Mayor casi siempre implica comerte el típico bocadillo de calamares -seas turista o autóctono-, divisar desde el arco de entrada la imponente estatua de Felipe III, y, hasta hace unos meses, una visita obligada al Mercado de San Miguel.
Tras nueve meses cerrado por la pandemia, el Mercado de San Miguel reabre sus puertas.